Un terremoto de magnitud 7,7 ha sacudido el noroeste de Birmania (Myanmar), causando graves daños en varias ciudades del país. El epicentro se ubicó a unos 17 kilómetros de Mandalay, la segunda ciudad más grande de Birmania con 1,2 millones de habitantes. El temblor, registrado a las 12:50 hora local (3:20 de la mañana en Chile), se sintió con fuerza también en Tailandia, donde varios edificios sufrieron daños y al menos uno colapsó en la capital, Bangkok.
Devastación en Mandalay
Según fuentes humanitarias en el terreno, muchos edificios se derrumbaron en Mandalay, mientras que un monasterio colapsó en la ciudad de Taungoo, donde 20 niños quedaron atrapados. En la localidad de Sagaing, un puente quedó completamente hundido. Los efectos del sismo también se dejaron sentir con fuerza en Ragún, la principal ciudad del país, donde se evacuaron los edificios.
Colapso de edificio en Bangkok
En Tailandia, el sismo también se sintió en varias ciudades, y se evacuaron temporalmente edificios residenciales y oficinas en Bangkok, a más de 600 kilómetros del epicentro. La cadena pública Thai PBS informó del derrumbe de un edificio en construcción en la capital, donde había alrededor de 50 personas, de las cuales solo 7 lograron escapar, mientras que el resto quedó atrapado. Las autoridades confirmaron al menos una persona fallecida.
Impactantes imágenes de la tragedia
Diversos videos captaron la devastación causada por el terremoto, como el colapso de un monasterio en Taungoo, donde murieron cinco niños desplazados y un novicio, y las imágenes de edificios derrumbándose en Mandalay. Además, se registraron impactantes escenas de piscinas de altura desbordándose en varios edificios de Bangkok.
Birmania se encuentra cerca de una zona de alta actividad tectónica, por la presión entre la placa del subcontinente indio y la euroasiática. Si bien este sismo es uno de los más fuertes registrados en los últimos años, en agosto de 2016 también se produjo un terremoto de magnitud 6,8 que sacudió el país.
Las autoridades de ambos países han activado los protocolos de emergencia y evacuación, mientras que los equipos de rescate y asistencia humanitaria trabajan incansablemente para atender a las víctimas y evaluar los daños. Esta tragedia natural ha dejado una profunda huella en las comunidades afectadas, que ahora enfrentan el desafío de reconstruir y sanar.
