En una desgarradora historia que sacudió a la comunidad, el Servicio de Salud de Concepción ha sido condenado a pagar una indemnización de $25 millones a los padres de una bebé que nació sin vida y fue sepultada erróneamente como NN en el cementerio local.
Todo comenzó en 2016, cuando la madre acudió al Hospital Regional de Concepción a las 26 semanas de gestación, tras dejar de sentir los movimientos de su bebé en el vientre. Devastadoramente, los médicos confirmaron que el feto había fallecido, diagnosticando una anencefalia, una grave anomalía incompatible con la vida.
Conociendo la condición de su hija, los padres decidieron no someter el cuerpo a una autopsia y programaron el retiro del cadáver desde la unidad de Anatomía Patológica para darle una digna sepultura. Sin embargo, aquí comenzó su pesadilla.
El Extravío Trágico
Cuando los padres acudieron a recoger el cuerpo, se encontraron con una terrible noticia: por error, la bebé había sido enterrada como NN en el Cementerio General de Concepción. Para poder recuperar los restos, tendrían que iniciar un complicado proceso de exhumación.
«Cuando solicitamos un sumario administrativo en el hospital, recibimos la información de que este no era un caso aislado, sino que habían ocurrido otros extravíos de cuerpos similares»
, señaló el abogado Leonardo Mello, quien representó a la familia en la demanda.
La Lucha por Justicia
Devastados por la negligencia y el sufrimiento causado, los padres demandaron al Servicio de Salud de Concepción, exigiendo una indemnización por la falta de servicio y el daño moral generado.
Tras un largo proceso judicial, la Corte Suprema confirmó la millonaria indemnización a favor de la familia. Sin embargo, el Servicio de Salud aún no ha cumplido con el pago, obligando a los padres a tomar medidas compulsivas para exigir el resarcimiento.
Un Caso que Conmueve y Exige Cambios
Este trágico caso ha puesto en evidencia la necesidad urgente de mejorar los protocolos y la supervisión en los hospitales, para evitar que situaciones tan dolorosas vuelvan a ocurrir. La familia espera que su lucha contribuya a generar las transformaciones necesarias y que ningún otro padre tenga que pasar por una experiencia tan devastadora.
