En la madrugada de este lunes, un sismo de magnitud moderada se hizo sentir en el norte de Chile, específicamente en las regiones de Atacama y Coquimbo. El movimiento telúrico, que tuvo una magnitud de 5.3 en la escala de Richter, se originó a las 1:35 am con un epicentro ubicado a 18 kilómetros al norte de La Serena, en la región de Coquimbo, y a una profundidad de 75 kilómetros.
Según los reportes de Senapred (Servicio Nacional de Prevención y Respuesta a Desastres), las intensidades registradas en la escala de Mercalli fueron las siguientes:
Región de Atacama
- Freirina: IV
- Huasco: IV
- Vallenar: IV
- Copiapó: III
- Tierra Amarilla: III
- Caldera: III
Región de Coquimbo
- La Serena: V
- Coquimbo: V
- Vicuña: V
- Ovalle: V
- Río Hurtado: V
- Combarbalá: IV
- Monte Patria: IV
- Andacollo: IV
- Paiguano: IV
- Tongoy: IV
- Salamanca: III
- Punitaqui: III
- La Higuera: III
Afortunadamente, este sismo de magnitud moderada no causó daños significativos ni víctimas, según las primeras evaluaciones de las autoridades. Sin embargo, Senapred y los organismos de emergencia de ambas regiones se mantuvieron en alerta y coordinaron acciones para atender cualquier eventualidad.
Este evento sísmico se suma a otros movimientos telúricos registrados recientemente en el país, como el sismo de ligera magnitud que se registró en las regiones de Ñuble, Bío Bío y La Araucanía
, según informes previos. Estos sismos, si bien no alcanzan magnitudes alarmantes, son un recordatorio de la actividad sísmica constante que caracteriza a Chile, un país ubicado en el denominado Cinturón de Fuego del Pacífico.
Las autoridades han reiterado la importancia de que la población esté preparada y cuente con un plan de emergencia en caso de que se produzcan sismos de mayor magnitud en el futuro. Asimismo, han enfatizado la necesidad de fortalecer la infraestructura y los protocolos de respuesta ante desastres naturales, con el fin de minimizar los impactos y garantizar la seguridad de los ciudadanos.
En resumen, este sismo de magnitud moderada en el norte de Chile, si bien no causó daños graves, es un recordatorio de la constante actividad sísmica que afecta al país. Las autoridades han respondido de manera efectiva, y continúan trabajando para mejorar la preparación y resiliencia de las comunidades ante estos eventos.
