Rusia ha endurecido su posición contra los soldados ucranianos y extranjeros capturados en la región de Kursk, anunció el presidente Vladimir Putin. Durante una reunión con altos funcionarios de la Fiscalía General, Putin ordenó que todos los combatientes, incluidos los mercenarios extranjeros, sean tratados como terroristas según la legislación rusa.
Según Putin, los soldados ucranianos y extranjeros que hayan atentado contra la población civil en territorio ruso serán calificados como terroristas. El mandatario exigió a la Fiscalía y otros órganos judiciales que investiguen a fondo las atrocidades cometidas por estos delincuentes y bandidos en las áreas liberadas de Sudzha y otras localidades de la región de Kursk.
En paralelo, Putin se mostró optimista sobre el avance de las tropas rusas en Kursk, afirmando que han llevado a cabo operaciones rápidas y efectivas para derrotar al enemigo en la zona. De hecho, el Ejército ruso logró recuperar gran parte del territorio ocupado por Ucrania, incluyendo la ciudad de Sudzha la semana pasada.
Durante una conversación telefónica con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, Putin prometió un trato digno y acorde a las leyes rusas y al derecho internacional para los prisioneros de guerra capturados en Kursk. Sin embargo, el mandatario ruso dejó claro que no habrá clemencia para aquellos que hayan cometido crímenes contra civiles.
Esta medida se enmarca en la estrategia de Rusia de endurecer su posición contra Ucrania y sus aliados en el conflicto en curso. Al calificar a los soldados capturados como terroristas, Rusia busca justificar un trato más severo y castigos más duros para estos combatientes, lo que podría generar mayor tensión y rechazo internacional.