La agresión de un estudiante autista a una profesora en Ñuble ha reavivado el debate sobre la inclusión educativa y los desafíos que enfrentan los docentes y el sistema escolar chileno. Si bien este caso particular es condenable, los especialistas coinciden en que no es representativo de la generalidad de los estudiantes con trastorno del espectro autista (TEA), quienes a menudo enfrentan dificultades en el entorno escolar debido a la falta de preparación de los profesores y el apoyo insuficiente del Estado.
Comprender el Autismo más allá de la Agresión
Según Josefina Larraín, jefa de Inclusión del Centro de Investigación para la mejora del Aprendizaje de la Universidad del Desarrollo, la agresión de este estudiante «refleja una problemática estructural dentro del sistema educativo chileno». Larraín enfatiza que la agresión no es una característica definitoria del autismo, sino más bien una manifestación de dificultades en la regulación emocional o la autorregulación.
La psicóloga Macarena Silva, del Instituto de Estudios Avanzados en Educación de la Universidad de Chile, coincide en que «la violencia o agresividad no es una característica definitoria del autismo, sino que pueden existir reacciones o conductas violentas gatilladas por distintas razones, entre las que sobresale la dificultad para comunicarse y entender el entorno».
Formación Docente y Apoyo Institucional Insuficientes
Uno de los principales desafíos identificados por los expertos es la falta de preparación de los docentes para manejar situaciones con estudiantes con TEA. Según Larraín, «en términos generales, la formación docente en educación inclusiva sigue siendo insuficiente. En muchos casos, las estrategias se limitan a repetir información o imponer normas sin comprender las dificultades específicas del niño/a y adolescente».
La docente de la Universidad Alberto Hurtado, Paula Alarcón, señala que «es importante que los docentes cuenten con los apoyos profesionales que les permitan reconocer situaciones de ansiedad y frustración en los niños autistas y en todos los niños que están en el aula. Así, es muy importante darle oportunidad al estudiantado de aprender con estrategias metodológicas que se ajusten a las necesidades de aprendizaje».
Además, tanto el Colegio de Profesores como la Directiva Nacional de Profesores de Educación Diferencial de Chile han señalado que, si bien se han establecido políticas y normativas, el Estado no ha entregado los recursos y las condiciones adecuadas para una implementación efectiva de la inclusión educativa.
Hacia una Educación Realmente Inclusiva
Los expertos coinciden en que el gran desafío es transformar el sistema educativo para que funcione para todos los estudiantes, independientemente de sus necesidades. Larraín plantea que la pregunta clave debe ser: «¿cómo transformamos el sistema para que funcione para todos?, en lugar de «¿cómo hacemos que este niño encaje en el sistema?». Solo así podremos avanzar hacia una educación realmente inclusiva y equitativa.
Para lograr este objetivo, los especialistas recomiendan a los establecimientos educativos generar protocolos institucionales claros, capacitar a los docentes en estrategias de enseñanza inclusiva y regulación emocional, incorporar metodologías alternativas de aprendizaje, y trabajar de manera interdisciplinaria con profesionales de apoyo. Asimismo, las familias deben registrar patrones de conducta, anticipar cambios en la rutina y dialogar con la escuela sobre las adaptaciones necesarias.
En definitiva, el caso de Ñuble evidencia la necesidad urgente de transformar el sistema educativo chileno para que sea verdaderamente inclusivo y acogedor para todos los estudiantes, independientemente de sus necesidades. Solo así podremos avanzar hacia una educación más justa y equitativa.
