En un movimiento estratégico para reforzar la seguridad nacional, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha anunciado que su país encargará más aviones de combate Rafale de fabricación francesa. Durante un discurso en la base aérea de Luxeuil-Saint Sauveur, Macron enfatizó que esta decisión responde al «contexto actual» y a la necesidad de evitar la guerra en Europa.
Según el mandatario, el Ejército del Aire y del Espacio francés requerirá más cazas Rafale, considerándolo un imperativo dada la creciente inestabilidad geopolítica. Si bien Macron no entró en detalles sobre el número exacto de unidades a adquirir ni el monto de la inversión, enfatizó que se buscará aumentar y acelerar la producción de estos aviones de combate de última generación.
El Rafale, un caza polivalente bimotor de 4,5 generación capaz de alcanzar velocidades de hasta Mach 1.8 (1,912 km/h), ha sido un elemento clave en la estrategia de defensa francesa. Macron también confirmó que estos nuevos Rafale estarán equipados con nuevos misiles nucleares ultrasónicos, formando parte del programa de disuasión atómica del país.
Cabe destacar que la base aérea de Luxeuil-Saint Sauveur ha sido el escenario de entrenamiento para pilotos ucranianos en el manejo de cazas Mirage enviados a Ucrania para su defensa contra la invasión rusa. Macron reafirmó el apoyo de Francia a Ucrania ante la «guerra de agresión» de Rusia, subrayando que el mundo se enfrenta a un panorama cada vez más «peligroso e incierto».
Esta decisión de fortalecer la capacidad aérea francesa se enmarca en un contexto geopolítico tenso, con la reciente conversación entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su homólogo ruso, Vladimir Putin. Macron busca posicionar a Francia como una potencia militar sólida, capaz de disuadir y responder a las amenazas emergentes en el escenario internacional.
