En una excavación realizada en 2022 en la cueva Sima del Elefante, en el norte de España, un equipo de científicos ha hecho un descubrimiento que podría cambiar la historia de la evolución humana en Europa Occidental. Los investigadores han encontrado fragmentos de cráneo humano que datan entre 1,1 y 1,4 millones de años, convirtiéndolos en los restos faciales más antiguos jamás hallados en esta región.
El fósil, apodado cariñosamente como «Pink», incluye aproximadamente el 80% de la cara media izquierda de un individuo adulto. Los fragmentos conservan partes del pómulo, la mandíbula superior y la estructura nasal, lo que ha permitido a los expertos identificarlo como perteneciente a una especie más primitiva y cercana al Homo erectus.
Características Únicas y Enigmáticas
Según los análisis realizados, este fósil no corresponde al Homo antecessor, la especie previamente identificada en Atapuerca. En su lugar, los investigadores sugieren que el individuo presentaba una fisonomía más robusta y proyectada, con características tanto similares como distintas a las del Homo erectus, el primer humano en migrar desde África hace aproximadamente 1,9 millones de años.
«Pink poseía rasgos notablemente primitivos, como una estructura nasal aplanada y poco desarrollada. Esto plantea nuevas preguntas sobre la ocupación temprana del continente europeo»
, explicó Rosa Huguet, arqueóloga del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES-CERCA).
Implicaciones para la Evolución Humana en Europa
Este descubrimiento confirma que Europa Occidental estuvo habitada por al menos dos especies de homínidos hace más de un millón de años, lo que representa un hito fundamental para la investigación del asentamiento humano en el continente.
«Este hallazgo ayuda a escribir una nueva página en la historia de la evolución humana»
, concluyó José María Bermúdez de Castro Risueño, paleoantropólogo y codirector del Proyecto Atapuerca.
Además de los restos óseos, los arqueólogos también encontraron herramientas simples de cuarzo y sílex, junto con huesos de animales con marcas de corte, lo que sugiere la práctica de actividades de carnicería por parte de estos antiguos homínidos.
A medida que se sigan estudiando estos fascinantes restos, los científicos esperan poder desentrañar más detalles sobre la evolución y el modo de vida de estas especies ancestrales, abriendo nuevas perspectivas sobre nuestro pasado evolutivo en Europa.