En un acto de crueldad sin precedentes, el régimen de Corea del Norte ha llevado a cabo una serie de ejecuciones públicas que han dejado a la comunidad internacional horrorizada. Estos sangrientos espectáculos son parte de una estrategia deliberada para infundir miedo y disuadir a cualquier ciudadano que considere escapar del férreo control del gobierno de Kim Jong-un.
Tres Norcoreanos Fusilados por Intentar Huir a Corea del Sur
Recientemente, tres hombres de unos 30 años, los hermanos Kim y su amigo Ri, fueron ejecutados públicamente en la aldea de Songjong-ri por intentar desertar y huir a Corea del Sur. Después de meses de planificación, lograron comprar una pequeña embarcación con sus ahorros, pero su intento de escape terminó en tragedia cuando fueron avistados por un patrullero norcoreano.
Los testigos presenciales describieron una escena aterradora: los hombres fueron arrastrados, amordazados y vendados, y luego atados tan fuertemente que se necesitaron seis sujeciones para mantener sus cuerpos debilitados en pie. Mientras gritaban «¡Los traidores a la Nación deben ser castigados!», diez verdugos les dispararon un total de 90 tiros a cada uno, tres a la cabeza, tres al pecho y tres a las piernas. Finalmente, sus restos fueron quemados frente a una multitud aterrorizada, que incluía niños.
Una Estrategia de Terror y Control
Estas ejecuciones públicas son un intento deliberado del régimen de Corea del Norte por infundir miedo y disuadir a cualquier persona que considere desertar. Antes, los desertores eran enviados a campos de reeducación por hasta 15 años, pero ahora la deserción conlleva la pena de muerte, ejecutada en público para que todos lo vean.
Otros métodos de ejecución utilizados por el régimen de Kim Jong-un incluyen la muerte por armas antiaéreas y el envenenamiento. En 2017, la desertora Hee Yeon Lim relató haber presenciado la ejecución de 11 músicos acusados de grabar una película pornográfica, quienes fueron atados a cañones antiaéreos y «volados en pedazos» ante 10.000 espectadores.
Un Régimen de Terror y Control Absoluto
Estas ejecuciones públicas son una muestra del control absoluto que el régimen de Corea del Norte ejerce sobre su población. Al utilizar la violencia extrema y la intimidación, el gobierno de Kim Jong-un busca aplastar cualquier intento de deserción y mantener a la población bajo su férreo dominio. La comunidad internacional ha condenado enérgicamente estas prácticas, pero el régimen parece decidido a mantener su control a cualquier costo.
