Argentina se ha visto sacudida por una ola de disturbios y enfrentamientos en las últimas 24 horas, con manifestantes desafiando los intentos del Gobierno de Javier Milei por reprimir las protestas. Las movilizaciones, encabezadas por jubilados, sindicatos y grupos progresistas, han sido respondidas con una dura represión policial que ha dejado decenas de heridos y detenidos.
Los incidentes comenzaron cuando los manifestantes, que exigían un aumento en las pensiones y rechazaban el ajuste fiscal del Gobierno, desafiaron los cordones policiales frente al Congreso. La policía respondió con el uso de cañones de agua, gas pimienta y balas de goma, lo que provocó violentos enfrentamientos.
Caos en las calles y el Congreso
Mientras en las calles se libraba una batalla campal, el Congreso también se convirtió en un escenario de violencia, con diputados oficialistas y de la oposición enzarzándose en una pelea a golpes. La sesión tuvo que ser suspendida de manera polémica, en medio de acusaciones cruzadas de intentos de obstrucción y desestabilización.
«Fue una marcha organizada por patotas, por barra bravas, agrupaciones de izquierda violentas, distintos sectores que buscan la desestabilización total y absoluta de nuestro Gobierno»
, denunció la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien justificó la represión policial.
Fotógrafo herido de gravedad
Entre los heridos se encuentra el fotógrafo Pablo Grillo, quien recibió el impacto de un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza y sufrió una fractura de cráneo con pérdida de masa encefálica. Grillo permanece internado en estado grave en un hospital de Buenos Aires.
En solidaridad con Grillo, los reporteros gráficos de Argentina realizaron un «camarazo» frente al Congreso, repudiando la actuación de las fuerzas de seguridad y exigiendo la destitución de Bullrich.
Gobierno de Milei enfrenta una crisis política profunda
Estas protestas masivas y los violentos enfrentamientos en el Congreso revelan una crisis política profunda que sacude al Gobierno de Javier Milei. La respuesta represiva del Ejecutivo y sus intentos de culpar a la oposición por la «desestabilización» no han logrado contener el descontento social.
Los jubilados, que han visto cómo sus pensiones se han deteriorado dramáticamente bajo el Gobierno de Milei, han sido el motor de estas movilizaciones, contando con el apoyo de sindicatos, organizaciones sociales y aficionados del fútbol. La jueza Karina Andrade ordenó la liberación de 114 detenidos, argumentando que se violaron derechos constitucionales fundamentales.
La crisis política y social que atraviesa Argentina pone en jaque la estabilidad del Gobierno de Milei, quien enfrenta una creciente oposición y un descontento generalizado en la población.
Conclusión: Un país en ebullición
Los graves disturbios en Argentina son un reflejo de la profunda crisis política y social que sacude al país. Las masivas protestas de jubilados y grupos progresistas, así como los violentos enfrentamientos en el Congreso, revelan la fragilidad del Gobierno de Javier Milei y su incapacidad para contener el descontento social. La respuesta represiva del Ejecutivo y sus intentos de culpar a la oposición solo han agravado la situación, dejando a Argentina en un estado de ebullición.
La liberación de los detenidos por parte de la jueza Karina Andrade y la solidaridad de los reporteros gráficos con el fotógrafo herido son muestras de que la sociedad civil argentina no se doblega ante los intentos de asfixiar la disidencia. El futuro del país dependerá de la capacidad del Gobierno de Milei para encontrar una salida negociada a esta crisis, antes de que la violencia y la inestabilidad se apoderen por completo de Argentina.
