Tras una dramática crisis de rehenes que mantuvo en vilo a Pakistán durante más de 30 horas, las fuerzas de seguridad lograron finalmente poner fin a la situación con un operativo que dejó un saldo de alrededor de 80 muertos, entre ellos 28 soldados y un paramilitar, así como entre 32 y 50 terroristas abatidos.
El incidente se originó el martes por la noche cuando un grupo de insurgentes del Ejército de Liberación de Baluchistán (BLA), el principal grupo separatista de esa provincia, hizo detonar una sección de la vía férrea y tomó el control de un tren de pasajeros que viajaba de Quetta a Peshawar, con más de 450 personas a bordo.
Según las autoridades, durante la operación de rescate lograron liberar a un total de 346 rehenes, 178 el miércoles y 168 el martes. Lamentablemente, 21 de los secuestrados fueron asesinados por los terroristas, junto con el conductor del tren y un oficial de policía.
Una Provincia Convulsionada por la Violencia Separatista
Baluchistán, la provincia más pobre y menos poblada de Pakistán, ha sido escenario de una prolongada lucha entre el gobierno central y diversos grupos insurgentes que reclaman una mayor autonomía o incluso la independencia. Estos grupos acusan a las autoridades de permitir que los recursos naturales de la región sean explotados por intereses extranjeros sin que la población local se beneficie.
El BLA, que reivindicó el ataque al tren, es uno de los principales actores de esta violencia separatista que ha azotado a Baluchistán durante décadas. Sus miembros han llevado a cabo numerosos ataques contra instalaciones militares, policiales y de infraestructura en la provincia.
Una Operación Compleja y Sangrienta
El operativo de rescate llevado a cabo por las fuerzas de seguridad pakistaníes fue sumamente complejo y se saldó con un alto costo en vidas humanas. Según las autoridades, además de los 28 soldados y el paramilitar muertos, entre 32 y 50 terroristas fueron abatidos durante los enfrentamientos.
«No encuentro las palabras para describir cómo conseguimos escapar. Fue aterrador»
, relató uno de los pasajeros que logró huir del tren secuestrado, Muhamad Bilal, quien viajaba con su madre.
A pesar de este trágico desenlace, la operación de rescate se considera un éxito al haber logrado liberar a la mayoría de los rehenes y evitar una masacre aún mayor. Sin embargo, el incidente vuelve a poner de manifiesto la grave crisis de seguridad que enfrenta Pakistán, especialmente en la convulsionada provincia de Baluchistán.