El imponente Volcán de Fuego, ubicado en el centro de Guatemala, ha entrado en una fase de erupción masiva, según informes de las autoridades locales de protección civil. Esta situación de emergencia ha desencadenado una serie de medidas preventivas para salvaguardar a la población de las comunidades aledañas.
La Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) ha declarado que la erupción actual está generando flujos piroclásticos -una mezcla de gases calientes, ceniza y fragmentos de roca- que se desplazan a gran velocidad por las laderas del volcán. Aunque por el momento estos flujos se consideran de características débiles y moderadas, las autoridades advierten que existe la probabilidad de que se intensifiquen en un corto período de tiempo.
Además, la erupción ha provocado la caída de ceniza volcánica a una altura de hasta 7,000 metros sobre el nivel del mar, alcanzando un radio de 50 kilómetros en dirección noroeste, oeste y suroeste. Los departamentos (provincias) de Escuintla y Sacatepéquez son los que podrían verse más afectados por esta lluvia de ceniza.
Cabe destacar que el Volcán de Fuego es uno de los tres volcanes más activos de los 32 que existen en Guatemala, junto al Pacaya y el Santiaguito, ubicados en el sur y oeste del país, respectivamente. Su última gran erupción, en junio de 2018, cobró la vida de más de 400 personas, lo que evidencia la importancia de estar preparados y tomar las medidas de seguridad necesarias.
Ante esta situación de alerta máxima, las autoridades departamentales y municipales han sido instruidas a identificar y habilitar los centros de atención y resguardo que consideren necesarios para la población. Asimismo, se ha ordenado mantener un constante monitoreo de la actividad volcánica y estar listos para evacuar a las comunidades en riesgo si la situación lo requiere.
La población local y las autoridades se encuentran en máxima vigilancia, conscientes de la imprevisibilidad y peligrosidad que caracteriza a este imponente coloso de fuego. La prioridad es salvaguardar vidas y estar preparados para enfrentar cualquier escenario que pueda presentarse en los próximos días.