El fallecimiento del expresidente Sebastián Piñera ha desatado un intenso debate en torno a cómo se debe recordar y honrar su figura. Mientras algunos proponen erigir una estatua en su memoria en la Plaza de la Constitución, el exministro de Salud Jaime Mañalich ha expresado su desacuerdo con esta iniciativa, señalando que «fetichizar su figura mediante una estatua es inadecuado».
Mañalich, quien formó parte del segundo gobierno de Piñera, reconoce que el expresidente vivió «un momento de mucha tristeza, de haber sentido que había hecho lo posible por Chile, sin embargo no era reconocido» durante el estallido social de 2019. No obstante, también destaca que la figura de Piñera fue «valorada con el tiempo, mejorando de forma muy importante no solo en las encuestas, también en la gente que era opositora».
Reflexiones sobre el Legado Presidencial de Piñera
Más allá de la controversia sobre la posible estatua, es importante analizar el legado presidencial de Sebastián Piñera desde una perspectiva más amplia y equilibrada. Si bien su gobierno enfrentó momentos de crisis y polarización, también se le reconocen logros en áreas como la economía y la política exterior.
Piñera se destacó como un estadista pragmático y con una visión global, impulsando acuerdos comerciales y fortaleciendo las relaciones internacionales de Chile. Además, durante su mandato se registraron avances en indicadores económicos clave, como la reducción del desempleo y el crecimiento del PIB.
Sin embargo, su legado también está marcado por la compleja coyuntura del estallido social de 2019, que puso de manifiesto profundas desigualdades y demandas sociales que su gobierno no logró abordar de manera efectiva. Esta crisis, junto a otras decisiones polémicas, generaron un fuerte rechazo en amplios sectores de la población.
¿Una Estatua o una Reflexión Más Profunda?
En este contexto, la propuesta de erigir una estatua en honor a Piñera ha sido cuestionada por figuras como el exministro Mañalich y el senador Manuel José Ossandón, quienes consideran que «es algo inadecuado» y que «la discusión se dio muy pronto».
Más allá de la controversia sobre el monumento, es importante que el debate sobre el legado de Piñera se dé en un marco de reflexión profunda y equilibrada, que permita analizar tanto sus logros como sus desafíos y limitaciones. Esto contribuirá a una mejor comprensión de su figura presidencial y a una evaluación más justa de su trayectoria.
En lugar de «fetichizar» su imagen a través de una estatua, quizás sea más valioso profundizar en el análisis de su gestión, aprender de sus aciertos y errores, y reflexionar sobre cómo construir un futuro más inclusivo y justo para Chile. Solo así podremos honrar de manera más significativa el legado de quienes han ocupado la más alta magistratura del país.
