El ciclo menstrual es mucho más que solo unos días de sangrado cada mes. Es un proceso complejo que involucra cambios hormonales que afectan no solo tu sistema reproductivo, sino también tu estado de ánimo, piel, apetito y niveles de energía. Aunque la menstruación es la fase más visible, cada etapa del ciclo trae consigo transformaciones significativas, tanto físicas como emocionales.
Fase Folicular: Renovación y Energía
La fase folicular comienza con el primer día de la menstruación y se extiende hasta la ovulación. Durante este periodo, tu cuerpo trabaja en desarrollar folículos en los ovarios, y uno de ellos se convertirá en el óvulo que será liberado. Este proceso es impulsado por un aumento en los niveles de estrógeno, que también contribuyen a regenerar el revestimiento uterino.
El aumento gradual del estrógeno tiene un impacto positivo en tu estado de ánimo, energía y concentración. Hacia el final de la menstruación, muchas mujeres se sienten más productivas y motivadas, lo que convierte a esta etapa en un momento ideal para enfocarte en proyectos laborales, actividades sociales o ejercicios físicos más intensos.
La dominancia estrogénica hace que en este periodo tengamos una mayor sensibilidad a la insulina, una mejor flexibilidad metabólica y una metabolización óptima de los hidratos de carbono. Por lo tanto, es el momento de incluir hidratos de carbono complejos o simples (tubérculos, legumbres, pasta, cereales, verduras y frutas) en mayor proporción, ya que los metabolizaremos de forma más efectiva
, recomienda Marta Massip-Salcedo, directora de la especialización de Nutrición y Estilos de Vida Saludables de la Mujer de la Universidad Oberta de Catalunya.
Ovulación: El Momento Clave
La ovulación ocurre alrededor de la mitad del ciclo, generalmente en el día 14 de un ciclo típico de 28 días. Durante esta etapa, el óvulo es liberado del folículo dominante en el ovario y viaja hacia las trompas de Falopio, donde puede ser fecundado si hay espermatozoides presentes.
Este proceso es impulsado por un pico en la hormona luteinizante (LH) y niveles elevados de estrógeno y progesterona. Muchas personas experimentan un aumento en la energía, confianza y deseo sexual durante este periodo. Además, el cuerpo puede mostrar señales de fertilidad, como un moco cervical más claro, elástico y resbaladizo.
Nuestra personalidad, comportamiento, capacidades cognitivas, estado de ánimo e incluso la elección de pareja, responden a la actividad de estas hormonas. La idea de que nuestro comportamiento, deseo, energía y necesidades físicas-mentales cambian durante el ciclo no es una ficción, es una realidad biológica y un campo de estudio que se viene desarrollando desde la psicología evolutiva
, explica Andreína Guerrero, coach de ciclo menstrual y educadora de Método Sintotérmico.
Fase Lútea: Preparación o Cierre del Ciclo
Después de la ovulación, el cuerpo entra en la fase lútea, que dura aproximadamente 14 días. Durante esta etapa, el folículo que liberó el óvulo se convierte en el cuerpo lúteo, una estructura temporal que produce progesterona.
Esta hormona es clave para preparar el revestimiento uterino en caso de que ocurra un embarazo. Si no hay fecundación, los niveles de progesterona y estrógeno disminuyen, lo que provoca la descomposición del revestimiento uterino y marca el inicio de un nuevo ciclo con la menstruación.
Esta caída hormonal es la causa del síndrome premenstrual (SPM) que muchas personas experimentan, como hinchazón, sensibilidad en los senos, cambios de humor y antojos de ciertos alimentos.
Es un momento en el que se pueden producir cambios en el estado de ánimo, mayor sensación de fatiga y cansancio, retención de líquidos, aumento de las pulsaciones… Por eso, los ejercicios cardiovasculares a un ritmo constante son los más beneficiosos para el cuerpo, por ejemplo, el yoga, la natación, el ciclismo
, indica la Dra. Eva Ferrer, especialista en medicina del deporte del Hospital Clínic y el Hospital Sant Joan de Déu, en Barcelona.
Conoce tu Ciclo y Aprovecha sus Beneficios
Comprender en qué fase de tu ciclo te encuentras puede parecer complicado al principio, pero observar los cambios en tu cuerpo y usar herramientas de seguimiento puede facilitar el proceso. Por ejemplo, medir tu temperatura basal cada mañana puede ayudarte a identificar la ovulación, ya que esta temperatura suele aumentar ligeramente después de que el óvulo es liberado.
Además, prestar atención a las señales de tu cuerpo, como cambios en el moco cervical o en tus niveles de energía, puede proporcionarte pistas sobre el momento del ciclo en el que te encuentras. Para un seguimiento más detallado, considera usar una agenda o aplicaciones específicas para registrar síntomas diarios, duración del ciclo y otros patrones relevantes.
Conocer las diferentes etapas de tu ciclo menstrual y cómo afectan a tu cuerpo y mente te permitirá sacar provecho de tus altibajos y manejar los síntomas con estrategias efectivas. Así podrás disfrutar de los beneficios de cada fase y vivir tu ciclo de una manera más plena y consciente.