Ucrania ha lanzado un ataque sin precedentes contra Rusia, utilizando más de 170 drones para golpear objetivos en todo el país, incluida la capital Moscú. Este asalto aéreo, el mayor desde el inicio del conflicto, ha obligado a las autoridades rusas a suspender temporalmente las operaciones en tres aeropuertos de la ciudad.
Según informes del Ministerio de Defensa ruso, los sistemas antiaéreos lograron derribar 123 de los drones durante la noche y la madrugada, uno de ellos sobre la propia Moscú. Sin embargo, un comunicado posterior del departamento castrense elevó la cifra a 174 aparatos no tripulados destruidos en las últimas horas.
Ataques en Múltiples Frentes
El alcalde de Moscú, Serguéi Sobianin, detalló que los primeros drones fueron interceptados en las regiones de Kolomna y Ramenskoe, al sur de la capital. Posteriormente, otros dos aparatos fueron derribados en Podolsk, a unos 40 kilómetros al sur de Moscú.
Más tarde, Sobianin informó sobre la destrucción de nuevos drones en un suburbio sureño de Moscú y en una localidad a unos 40 kilómetros al norte de la ciudad. Estos ataques provocaron la suspensión temporal de operaciones en tres aeropuertos de la capital rusa, así como en otros seis aeropuertos de ciudades como Kazán, Nizhnikamsk, Penza, Samara, Sarátov y Ufá.
Ataques en Otras Regiones
Además de los incidentes en Moscú, el Ministerio de Defensa ruso detalló que tres drones fueron derribados en la región de Leningrado, colindante con San Petersburgo. Asimismo, 37 aparatos no tripulados fueron interceptados en la región de Briansk, fronteriza con Ucrania, y 20 en la región de Riazán, donde se reportó un incendio en una refinería de petróleo.
Las autoridades regionales informaron de que los fragmentos de un dron cayeron en el territorio de una empresa, sin causar víctimas.
Este masivo ataque de drones ucranianos representa un desafío significativo para la defensa aérea rusa, demostrando la capacidad de Ucrania para llevar a cabo operaciones ofensivas a gran escala en territorio enemigo.
Implicaciones y Perspectivas
El impacto de este ataque va más allá de los daños materiales y la suspensión de vuelos. Representa un golpe simbólico a la seguridad de Rusia, al llevar la guerra hasta la misma capital. Además, pone en evidencia la vulnerabilidad de las defensas rusas ante este tipo de amenazas aéreas no tripuladas.
La respuesta de Rusia a este desafío será crucial en los próximos días y semanas. Es probable que intensifique sus esfuerzos para mejorar la protección de sus aeropuertos y ciudades clave, así como para desarrollar contramedidas más efectivas contra los drones ucranianos.
Por su parte, Ucrania ha demostrado su capacidad para llevar a cabo operaciones audaces y sorpresivas, lo que podría obligar a Rusia a replantearse sus estrategias y prioridades en el conflicto. Este ataque de drones podría ser el preludio de una nueva fase en la guerra, con un mayor énfasis en la guerra aérea y la lucha por el control del espacio aéreo.
En resumen, el masivo ataque de drones ucranianos contra Rusia ha generado un impacto significativo, obligando a la suspensión de operaciones en varios aeropuertos clave y poniendo a prueba la capacidad de defensa aérea rusa. Este incidente podría marcar un punto de inflexión en el desarrollo del conflicto entre ambos países.
