Los servicios de inteligencia del Reino Unido han revelado cifras alarmantes sobre las bajas sufridas por el Ejército de Corea del Norte en su intervención en la región de Kursk, Rusia, donde apoya a las fuerzas armadas rusas frente a la ofensiva ucraniana.
Según los informes, alrededor de 4.000 soldados norcoreanos han muerto en combate, lo que representa más de una cuarta parte del total de tropas desplegadas en la zona, que se estima en aproximadamente 11.000 efectivos.
Esta elevada tasa de bajas en un período de tiempo relativamente corto ha deteriorado significativamente la capacidad de las tropas norcoreanas para llevar a cabo operaciones ofensivas en apoyo de los intentos rusos de expulsar a las fuerzas ucranianas de Kursk.
Dificultades de Interoperabilidad
Según el comunicado del Ministerio de Defensa británico, las tropas rusas y norcoreanas sufren problemas de coordinación e integración, ya que no comparten un lenguaje común y las fuerzas norcoreanas tienen dificultades para integrarse en la estructura de mando y control rusa.
Esto ha limitado los avances tácticos de las tropas norcoreanas en Kursk, a pesar de las elevadas bajas sufridas. La falta de interoperabilidad entre ambos ejércitos ha sido un factor clave en el deterioro de su capacidad ofensiva.
Reacción de Corea del Sur
Por su parte, el Estado Mayor Conjunto de Corea del Sur ha afirmado que asume que Pyongyang está acelerando los preparativos para adoptar medidas y despliegues adicionales en Kursk ante las múltiples bajas y capturas de soldados norcoreanos por parte de las tropas ucranianas.
Esto sugiere que Corea del Norte podría intentar reforzar su presencia en la región rusa para compensar las pérdidas sufridas, lo que podría generar nuevos enfrentamientos y un mayor derramamiento de sangre.
Impacto en la Estrategia Rusa
La elevada tasa de bajas norcoreanas ha mermado gravemente su capacidad de apoyo a las operaciones rusas en Kursk, lo que podría obligar a Moscú a replantearse su estrategia en la región o a buscar nuevas formas de reforzar sus fuerzas.
La incapacidad de Rusia y Corea del Norte para coordinar eficazmente sus esfuerzos militares en Ucrania ha sido un factor clave en el desarrollo de los acontecimientos en Kursk, con consecuencias significativas para ambos países.