La Ley Ricarte Soto, un hito en el sistema de salud chileno, ha dado un paso más hacia la protección financiera integral para los pacientes que enfrentan diagnósticos y tratamientos de alto costo. Con la publicación del cuarto decreto modificatorio el 13 de enero de 2025, esta ley ha ampliado su cobertura, beneficiando especialmente a quienes padecen enfermedades reumatológicas inflamatorias, como la artritis reumatoide, el lupus y la espondilitis anquilosante.
El Impacto de las Enfermedades Reumatológicas
Según la Dra. Elena Jarpa, reumatóloga, estas patologías que afectan el sistema inmune pueden generar inflamación severa en articulaciones y órganos internos, lo que puede llevar a una discapacidad grave en menos de un mes. Esto impacta significativamente la capacidad de los pacientes para trabajar, estudiar o incluso realizar tareas cotidianas básicas como vestirse o alimentarse por sí mismos.
Anteriormente, la artritis reumatoide contaba con cobertura parcial en el programa GES (Garantías Explícitas en Salud) y en la Ley Ricarte Soto. Sin embargo, la Dra. Jarpa señala que persistían brechas importantes en el acceso a terapias innovadoras, especialmente en el sistema público de salud. Esto ha motivado la necesidad de construir estrategias de financiamiento sustentables para permitir que más chilenos puedan acceder a estos tratamientos.
Ampliación de Cobertura: Más Opciones, Mejor Calidad de Vida
El cuarto decreto de la Ley Ricarte Soto ha incorporado tres medicamentos innovadores que amplían las opciones de tratamiento para la artritis reumatoide y la esclerosis múltiple. Según la Dra. Jarpa, esto beneficia directamente a los pacientes que no responden a los tratamientos actuales, un grupo que representa entre el 30% y el 40% de los casos.
Además, la ampliación de cobertura incluye nuevas patologías como la artritis psoriásica y la espondilitis anquilosante, ambas enfermedades discapacitantes que afectan articulaciones y, en algunos casos, la piel y la columna vertebral.
El acceso a terapias más avanzadas no solo mejora la calidad de vida de los pacientes, sino que también genera ahorros al sistema de salud al evitar complicaciones como cirugías, prótesis y tratamientos adicionales
, destacó la Dra. Jarpa.
Un Modelo de Cobertura Pública Consolidado
Desde su implementación en 2015, la Ley Ricarte Soto se ha consolidado como un modelo de cobertura de salud pública que ha beneficiado a más de 47.000 pacientes a través de los sistemas de salud público y privado. Esta ley ha demostrado ser una herramienta fundamental para garantizar el acceso a diagnósticos y tratamientos de alto costo, mejorando significativamente la calidad de vida de los chilenos que enfrentan enfermedades complejas y discapacitantes.