El Majestic Princess, un crucero de proporciones monumentales, ha llegado a Chile para dejar una huella imborrable en la industria turística del país. Este gigante de los mares, construido en 2017 en los astilleros Fincantieri de Italia con una inversión de USD 760 millones, se ha convertido en el crucero más grande que ha recalado en territorio chileno.
Con una capacidad para más de 4.200 pasajeros, atendidos por 1.350 tripulantes, el Majestic Princess representa un desafío sin precedentes para los puertos de Chile. Su llegada a la región de Valparaíso marca el inicio de un recorrido que lo llevará a San Antonio, Puerto Montt y Punta Arenas, antes de cruzar a Argentina y finalizar su travesía en Fort Lauderdale, Estados Unidos.
Un Hito en la Temporada de Cruceros
La llegada del Majestic Princess a Chile se produce en un momento clave de la temporada de cruceros, con al menos 31 recaladas esperadas en el puerto de Valparaíso para lo que resta del año. Esto representa una oportunidad única para que los visitantes se lleven una imagen positiva del país y sus destinos turísticos.
Recibir el Majestic Princess es un gran desafío para la comuna, pero esperamos que los turistas se lleven una buena imagen
, afirmó el alcalde de San Antonio, Omar Vera. Para ello, se han implementado medidas en seguridad, aseo y la oferta de atractivos turísticos que enriquezcan la experiencia de los pasajeros.
Beneficios Turísticos y Económicos
La llegada del crucero también trae consigo beneficios turísticos y económicos para las regiones que visita. Según Pamela Venegas, directora regional (s) de Sernatur Valparaíso, el Majestic Princess representa una oportunidad para impulsar la actividad turística y generar mayores ingresos para la zona.
Además, el recambio de pasajeros que se producirá en San Antonio permitirá que los visitantes puedan disfrutar de una experiencia única en el mar, incluyendo la posibilidad de recibir el Año Nuevo a bordo y desembarcar en Montevideo, Uruguay, el 1 de enero.
En resumen, la llegada del Majestic Princess a Chile marca un hito en la industria de los cruceros, ofreciendo una oportunidad para que los destinos turísticos del país se luzcan y generen beneficios económicos y experiencias memorables para los visitantes.
