Boris Johnson, el exprimer ministro británico, recientemente visitó la Isla de Pascua, también conocida como Rapa Nui, y compartió sus impresiones en una columna del Daily Mail. Sus comentarios sobre este remoto y enigmático lugar han generado cierta controversia.
En su escrito, Johnson describe el paisaje de Rapa Nui como el más encantador y solitario que hemos visto
, comparándolo con la costa oeste de Irlanda, pero con la presencia de estos extraños volcanes cónicos verdes de cientos de metros de altura
. Claramente, quedó fascinado por la belleza y singularidad de este territorio.
Tocando los Moáis Sagrados
Uno de los momentos más destacados de su visita fue cuando tuvo la oportunidad de tocar uno de los moáis, las icónicas estatuas de piedra que son consideradas sagradas por los habitantes de Rapa Nui. Johnson describe esta experiencia con entusiasmo:
Hemos llegado al recinto sagrado y no puedo contener mi curiosidad. Extiendo la mano para tocar una de las estatuas caídas, o moai, con su frente colosal enterrada en el césped y el lóbulo de su oreja tan alto como nosotros.
Incluso, el exmandatario reveló que, al mirar hacia abajo, se dio cuenta de que estaban parados sobre otra de estas imponentes esculturas, casi completamente enterrada bajo sus pies.
Rapa Nui: ¿Un Refugio Ante la Guerra?
Pero quizás la declaración más polémica de Johnson fue su sugerencia de que Rapa Nui podría ser el lugar ideal para refugiarse en caso de una Tercera Guerra Mundial. En sus propias palabras:
Si de verdad te preocupa la Tercera Guerra Mundial y quieres evitar la lluvia radiactiva, este es el lugar ideal.
Esta afirmación ha generado cierto debate, ya que algunos cuestionan la viabilidad y practicidad de utilizar esta remota isla como un refugio en caso de un conflicto global de tal magnitud.
Las Lecciones de la Caída de Rapa Nui
Más allá de sus comentarios sobre la posible utilidad de Rapa Nui como refugio, Johnson también reflexionó sobre las causas del colapso de la civilización que floreció en esta isla. Según él, no fue la pobreza, ni las enfermedades, ni las malas cosechas, ni la hambruna. Y, sin duda, no fue un problema medioambiental relacionado con la erosión del suelo
lo que provocó su caída.
En su lugar, Johnson atribuye el colapso a factores políticos, afirmando que fue la política la que destruyó esta asombrosa civilización, como ocurre casi siempre. Y esa es la verdadera lección para la raza humana
.
Las declaraciones de Boris Johnson sobre Rapa Nui han generado una mezcla de fascinación y controversia. Si bien su sugerencia sobre utilizarla como refugio ante una posible guerra mundial puede ser cuestionable, sus observaciones sobre la caída de esta civilización plantean una reflexión interesante sobre el papel de la política en el destino de las sociedades.