¿Vacunas contra el COVID-19 causan infartos? Expertos desmienten el mito
En medio de la incertidumbre y la desinformación que ha rodeado a la pandemia del COVID-19, ha surgido un mito preocupante: la supuesta relación entre las vacunas contra el virus y el aumento de infartos, especialmente en personas jóvenes. Sin embargo, diversos estudios y expertos han logrado desmitificar esta falsa asociación, brindando tranquilidad y claridad sobre este importante tema de salud pública.
La evidencia científica descarta la relación entre vacunas y aumento de infartos
Según estudios publicados por la Asociación Americana del Corazón, el riesgo de inflamación cardíaca tras la tercera dosis de la vacuna contra el COVID-19 es muy raro, y los casos de miocarditis (inflamación del corazón) suelen ser leves. Además, la vacunación parcial o completa después de la infección por SARS-CoV-2 se asocia con un menor riesgo de eventos cardíacos adversos importantes.
Por su parte, el doctor Gregory Piazza, director de medicina vascular en el Brigham and Women’s Hospital (Boston) y académico de la Facultad de Medicina de Harvard, afirma que los riesgos de la vacuna son eventos muy poco frecuentes
.
El verdadero riesgo cardiovascular está en el COVID-19 mismo
Mientras que las vacunas no se relacionan con el aumento de infartos, el COVID-19 en sí mismo sí representa un factor de riesgo cardiovascular. Según un estudio publicado en la revista médica The Lancet, el virus aumenta de 3 a 8 veces el riesgo de sufrir un infarto agudo de miocardio y de 3 a 7 veces el riesgo de tener un accidente cerebrovascular.
Otros factores de riesgo cardiovascular
Además del COVID-19, existen otros factores de riesgo que han contribuido al aumento de infartos en personas cada vez más jóvenes, incluyendo:
- Mala alimentación (comida chatarra y bebidas artificiales)
- Sobrepeso y obesidad
- Sedentarismo e inactividad física
- Hipertensión arterial
- Resistencia a la insulina
- Trastornos del colesterol
Según el doctor Paulo Valderrama Erazo, cardiólogo pediatra y presidente del Departamento de Prevención de la Sociedad Chilena de Cardiología, estos factores de riesgo se han ido acumulando paulatinamente, incluso antes de la pandemia.
Conclusión: Enfoquémonos en la prevención
En resumen, la evidencia científica ha logrado desmentir la supuesta relación entre las vacunas contra el COVID-19 y el aumento de infartos. En cambio, el verdadero riesgo cardiovascular se encuentra en el virus en sí y en los hábitos de vida poco saludables que han ido en aumento, especialmente en la población más joven.
Por ello, es crucial que tanto a nivel individual como familiar, se priorice la adopción de estilos de vida saludables, incluyendo una alimentación equilibrada, actividad física regular y control de factores de riesgo como la hipertensión y el colesterol. Solo así podremos prevenir de manera efectiva las enfermedades cardiovasculares y mejorar la salud de la población en general.
Referencias
Asociación Americana del Corazón. (s.f.). Riesgos cardiovasculares del COVID-19 y la vacunación. Recuperado de [Referencia sin enlace].
The Lancet. (2021). COVID-19 as a risk factor for acute myocardial infarction and ischemic stroke. Recuperado de [Referencia sin enlace].
Valderrama Erazo, P. (2024). Entrevista con BioBioChile. Recuperado de [Referencia sin enlace].
Sued, R. (2024). Comunicado de Cordillera Interclínica. Recuperado de [Referencia sin enlace].