¿Cómo identificar si un estudiante sufre de bullying?
A principios de marzo, junto con el inicio del año escolar 2024 salieron a la luz graves acusaciones de bullying que se vivían en el Colegio Inglés de Talca. Estas declaraciones recogidas por EL DÍNAMO se dieron en el contexto de una menor del mismo establecimiento que contó por redes sociales estar “asustada porque van a empezar las clases”, dado a los tres años en los que ha sido víctima de bullying de manera sistemática e ininterrumpida. Lamentablemente no se trata de un caso aislado.
De acuerdo con la Fundación Bullying Sin Fronteras, entre 2022 y 2023 se registraron 28.500 casos graves de acoso escolar en el país. Las consecuencias para quienes experimentan este tipo de agresión incluyen ansiedad, depresión, baja autoestima, e incluso pensamientos suicidas. Es por esto que se vuelve relevante que tanto docentes como padres y apoderados cuenten con herramientas socioemocionales que les ayuden a identificar si un alumno está siendo víctima de bullying, para poder ayudarlos a enfrentar esta situación.
Desde el Colegio Particular N.º 1 de Ñuñoa, la jefa técnica Danisa Utrobicich explicó que “el bullying es una situación preocupante porque va más allá del desarrollo de los aprendizajes, afectando al desarrollo emocional”.
Señales de acoso escolar
En el caso de que el acoso se esté dando dentro del establecimiento educacional, el rol de los docentes y de todo el staff académico es crucial para detectarlo tempranamente. “La primera alerta para los educadores, es que los niños de repente pierden el interés por los estudios como consecuencia de la falta de concentración y atención”, dijo Utrobicich.
Otra advertencia de que un estudiante podría estar siendo víctima de acoso escolar son los cambios de comportamiento. Karen Castillo, psicóloga en el mismo establecimiento declaró que “dentro de la sala, los profesores son los que más conocen a sus alumnos. Por lo que, ellos pueden notar si es que hay un cambio en 180º en la conducta del estudiante”. Por ejemplo, si era extrovertido y ahora es retraído. O si era poco sociable y varió a ataques de ira o molesta a sus compañeros. La psicóloga complementó que “el bullying no necesariamente es visible. En algunas ocasiones puede ser por redes sociales o que estén aislando al niño o niña. Eso también es acoso escolar”.
Para los apoderados la recomendación también es estar atentos a los cambios de ánimo, así como a mantener conversaciones acerca del tema y un canal de confianza para abordar posibles situaciones. “A veces, los estudiantes van dejando de lado a sus amigos de siempre o ya no conversan con la familia como antes. También manifiestan cambios de humor y de tristeza, o pueden sufrir ataques de ira, violencia y verse muy irritados”, expuso la jefa técnica.
A esto, la especialista agregó que otra bandera roja puede ser que los niños no quieran asistir al colegio. “Los niños se suelen colocar nerviosos cuando tienen que ir al colegio o manifiestan alguna dolencia física para faltar a clases. Sin embargo, al ir al médico no se encuentra ninguna falencia”, especificó. Mencionó a su vez que, si bien el acoso escolar es psicológico y la mayoría de los síntomas son psicosomáticos, también se pueden presentar malestares físicos como alteraciones del sueño, dolores de cabeza, mareos, temblores, palpitaciones, problemas digestivos, o desórdenes de conducta alimentaria.
¿Qué hacer ante casos de acoso escolar?
“Como consejo, si hemos detectado que nuestros hijos son víctimas de acoso escolar, lo primero es que no hay que culparlos ni cuestionar el por qué no nos contó antes. Más bien es el momento de enfocarse en la contención y buscar soluciones”, dijo Danisa Utrobicich. De igual forma, aseveró: “El niño debe sentir la confianza y la seguridad en su casa y para ello, debe haber un buen clima. Ojalá abrir esos espacios de conversación en la mesa, que sea un punto de encuentro y donde el niño tenga la confianza para generar una conversación”.
Por su parte, la directora del Colegio Particular N.º 1 de Ñuñoa, Soledad Villegas, expresó que “el acoso escolar se sustenta en la oscuridad que se encuentran en el resto de las personas y los rayos de luz aparecen cuando los niños sienten las condiciones para expresar su angustia. Los padres debemos trabajar espacios de confianza en el hogar con ellos, además de todo lo que podemos lograr trabajando en forma conjunta con la escuela”.
Otro consejo de la jefa técnica fue preguntarles directamente a los niños qué es lo que necesitan, ya que muchas veces ellos pueden generar buenas ideas que solucionen la situación que los aqueja.