Dormir mal: Descubre cómo afecta a tu peso y cómo solucionarlo

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Introducción

Dormir mal parece ser un condicionante generalizado en estos tiempos en los que la rutina diaria tiene grandes exigencias. Se sabe que la mala calidad del sueño, no solo quita energías durante el día, sino que puede acarrear problemas de salud. Y, aunque parezca mentira, también puede contribuir a un aumento de peso.

En Nutrición, la ausencia de un descanso reparador también es un problema. Pues, en ocasiones, quienes toman planes alimentarios para bajar de peso se encuentran con este escollo que dificulta el descenso. Esto hace que, pese a los esfuerzos por comer mejor, el resultado no llegue. “Muchos de mis pacientes refieren dormir poco o mal”, dice la nutricionista, Javiera Hernández. Y detalla que “dormir mal y/o poco influye negativamente sobre nuestra salud y puede desencadenar un aumento de peso”.

Cómo el mal sueño afecta al aumento de peso

Para comprender mejor cómo el desvelo interfiere en la alimentación, la nutricionista expone las 4 formas en las que el dormir mal puede llevar a un aumento de peso:

  1. Dormir poco (- de 8 horas) o mal genera cambios conductuales, metabólicos y endocrinos, lo que aumenta el deseo de consumir alimentos ricos en azúcares y grasas, disminuye las ganas de comer frutas y verduras, y ocasiona un aumento en el consumo de comida chatarra. También genera un mayor consumo de alcohol, drogas y tabaco, aumentando el riesgo de enfermedades crónicas no transmisibles, depresión y estrés.
  2. Hay menor control del apetito al disminuir los niveles de leptina, lo que provoca una menor sensación de saciedad al comer y se termina comiendo más.
  3. Aumentan los niveles de grelina (hormona que induce el apetito), generando una mayor sensación de hambre durante todo el día y, por ende, se come más.
  4. La falta de sueño también evita el descenso de peso.

Cómo lograr un sueño reparador

Para lograr el ansiado sueño reparador, la nutricionista Javiera Hernández detalla algunos consejos:

  1. Fijar horarios e intentar hacerlo siempre igual.
  2. Evitar el uso de televisión en la habitación, ya que se tiende a ver series o películas más tarde de lo recomendado.
  3. Dejar mínimo 2 horas entre la última comida y la hora de dormir para evitar que el proceso de digestión influya en el descanso.
  4. Evitar el consumo de cafeína 6-8 horas antes de ir a dormir.
  5. Realizar actividad física durante el día, al menos 30 minutos diarios.
  6. Dejar la habitación como un lugar de descanso, no asociarla con espacio de trabajo o estudio.

Dormir mal no es sano y el exceso de productividad durante el día, o incluso la noche, puede tener un efecto súper negativo para el organismo, ya sea a corto o largo plazo. Por eso, es súper importante regular la calidad y cantidad de sueño para mantener un peso corporal saludable y mejorar nuestra salud y bienestar en general. ¡Cambia conscientemente tus hábitos y disfruta de un sueño reparador!

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