La reflexión de Karamanos sobre su rol de Primera Dama: «Solamente usé el poder para ir desarmándolo»
En una entrevista exclusiva con laRevista Vein, Irina Karamanos, excoordinadora sociocultural de la Presidencia, revela su experiencia como Primera Dama durante la administración del presidente Gabriel Boric. Karamanos ocupó este cargo desde el inicio del actual Gobierno, pero en noviembre del año pasado se dio a conocer su ruptura con el jefe de Estado.
Karamanos reflexiona sobre cómo su primera aparición pública como pareja presidencial la llevó a cuestionar los roles tradicionales y a profesionalizar su relación. Sin embargo, también reconoce que esta imagen de pareja presidencial en el poder es limitante y cuestionable.
Concentrada en su nuevo compromiso político
Consultada sobre si dejó de lado muchas cosas para desempeñar su rol, Karamanos responde que lo dio todo. Se dedicó al 200% a su nuevo compromiso político, sabiendo que era por un tiempo limitado. Cada día, regresaba a casa tarde para leer teoría sobre su trabajo, historias de otras Primeras Damas y teoría de género. Aunque el lugar de Primera Dama es muy visible, Karamanos reconoce que lo que sucedía en su interior era poco visible, pero también una oportunidad para reducir los espacios de arbitrariedad y alivianar un lugar tan alto en la política del país.
Utilizando el poder para desarmarlo
Karamanos revela que, a pesar de estar en una posición de poder, siempre se sintió incómoda con esa responsabilidad. Su convicción democrática la llevó a considerar ilegítimo permanecer en ese puesto por más tiempo del necesario. En lugar de utilizar el poder para su beneficio, decidió utilizarlo para desarmarlo. Su objetivo era desvestir la reiteración de la figura de Primera Dama y cuestionar su relevancia en el siglo XXI.
Un rechazo político, no personal
Karamanos argumenta que el cargo de Primera Dama se basa en el pecado original de ser pareja del Presidente, en lugar de ser una figura electa. En la actualidad, existen ministerios encargados de las políticas sociales y de género, por lo que la figura de la Primera Dama se vuelve obsoleta. Su decisión de abandonar este rol no fue un rechazo personal a un privilegio dado, sino un rechazo político a un poder que no le correspondía.
En conclusión, la reflexión de Irina Karamanos sobre su rol de Primera Dama es reveladora y desafiante. Su experiencia demuestra cómo utilizó el poder para desarmarlo y cuestionar los roles tradicionales. Su convicción democrática la llevó a tomar la decisión de abandonar este cargo y buscar un cambio en la política del país.
