El Gobierno de Milei toma una decisión sin precedentes
En una medida sorprendente, el Estado argentino ha decidido dejar de pagar los sueldos mensuales de los obispos de la Iglesia católica. Esta decisión, que ha sido anunciada por la jerarquía eclesiástica, comenzó a gestarse en 2018, cuando se aprobó la ley del aborto en el país.
Manuel Adorni, portavoz presidencial de Javier Milei, confirmó en una conferencia de prensa que la Conferencia Episcopal argentina ha renunciado oficialmente a la asignación mensual que recibían del Estado para cubrir los salarios de algunos obispos y arzobispos.
«Esto coincide con los lineamientos de este Gobierno: la austeridad de gasto y la defensa de la libertad de culto. Entendemos que el Estado no tiene por qué dar un tratamiento desigual a una religión o culto sobre otra», comentó Adorni.
El fin de una asignación económica millonaria
La asignación económica que recibían los obispos católicos, valorada en aproximadamente 55.000 dólares al mes, dejó de aplicarse a partir del 1 de enero. Esta ayuda se basaba en el artículo 2º de la Constitución de la Nación Argentina, que establece que «el Gobierno federal sostiene el culto católico apostólico romano».
Sin embargo, hace más de cinco años, la Conferencia Episcopal Argentina se reunió con el Gobierno del entonces presidente Mauricio Macri, en medio de un clima político que exigía la separación entre la Iglesia y el Estado. Ambas partes acordaron que esta medida entraría en vigor al finalizar la Administración de Alberto Fernández.
Un cambio histórico con implicaciones significativas
La decisión del Gobierno de Milei de dejar de financiar los sueldos de los obispos católicos tiene implicaciones significativas tanto para la Iglesia como para el Estado. Por un lado, la Iglesia deberá buscar nuevas fuentes de financiamiento para cubrir los salarios de sus líderes religiosos.
Por otro lado, esta medida refuerza el principio de laicidad del Estado argentino y garantiza la igualdad de trato a todas las religiones y cultos. Además, demuestra el compromiso del Gobierno de Milei con la austeridad de gasto y la defensa de la libertad de culto en el país.
Conclusiones
El Gobierno de Milei ha tomado una decisión audaz al dejar de pagar los sueldos de los obispos católicos con dinero estatal argentino. Esta medida, que busca promover la igualdad de trato entre todas las religiones y cultos, tiene implicaciones significativas para la Iglesia y el Estado. Será interesante ver cómo la Iglesia se adapta a esta nueva realidad y cómo esto afecta la relación entre la Iglesia y el Estado en Argentina.
