Introducción
La Regla del 50-30-20 es un concepto financiero que se ha popularizado en los últimos años gracias a su simplicidad y eficacia. Diseñada para ser una guía en la gestión de nuestras finanzas personales, esta regla divide nuestros ingresos netos mensuales —sin incluir impuestos— en tres categorías: necesidades, deseos y ahorros o pagos de deudas.
La Regla del 50-30-20: Administrando tus finanzas de manera efectiva
El 50% de nuestro ingreso neto se asigna a necesidades, los gastos básicos de la vida diaria. Esto incluye la renta o hipoteca, servicios públicos, alimentos, transporte y cualquier otro gasto esencial.
Luego, el 30% se destina a deseos. Son aquellos gastos que, aunque no son esenciales, aportan calidad y disfrute a nuestras vidas. Aquí entran cosas como viajes, cenas fuera, hobbies y otras actividades de ocio.
Finalmente, el 20% restante se ahorra o se utiliza para pagar deudas. Este dinero puede ser invertido, depositado en una cuenta de ahorro o utilizado para pagar cualquier deuda existente.
“Ahorrar es complejo al inicio, pero lograr el control de tu situación financiera y que te permita planificar tu futuro es posible. Tener una estrategia de ahorro concreta lo facilita. De hecho, programar ese 20% de ahorro y que cada mes vaya a tu cuenta de inversiones de forma automática, te libera de ese esfuerzo de pensarlo y correr el riesgo de no ejecutar tu plan”, recomienda Boris Garafulic, CEO de Racional.
Francisco Ackermann, ingeniero comercial y fundador de FinUp, explica que “este es el método más común que se recomienda tener en vista cuando uno va a empezar en ahorro e inversión”.
¿Cómo aplicar la Regla del 50-30-20?
La Regla del 50-30-20 es un método fácil de usar para presupuestar y ahorrar. Aquí te mostramos cómo aplicarla:
- Calcula tu ingreso líquido mensual. Esto es lo que te queda después de pagar los impuestos. Asegúrate de contar solo con dinero que realmente puedas gastar.
- Divide el total en las tres categorías mencionadas anteriormente según la Regla del 50-30-20: necesidades (50%), deseos (30%) y ahorros o pagos de deudas (20%).
- Sigue tu presupuesto durante el mes y asegúrate de no sobrepasar tus límites establecidos. Si encuentras que estás gastando más del 50% en necesidades, quizás debas reconsiderar tus gastos o buscar formas de reducirlos.
“Lo que se suele hacer es ponerse metas de crecimiento, porque no es común partir con el 20% de inversión. No todo el mundo tiene esa capacidad, por lo tanto, hay que tratar de ir creciendo de a poco”, dice Francisco.
Ejemplo de la Regla del 50-30-20
Para hacer que la Regla del 50-30-20 sea más comprensible, pongamos un ejemplo. Si tu ingreso mensual es de $1.200.000, la distribución sería la siguiente:
- $600.000 (50%) para necesidades: arriendo o pago del préstamo hipotecario, servicios básicos, alimentos, etc.
- $360.000 (30%) para deseos: salidas a comer, panoramas, viajes, hobbies, suscripciones digitales y delivery.
- $240.000 (20%) para destinarlo a ahorro, inversión o pagar deudas contraídas previamente.
Este método ayuda a visualizar cómo se gastan los ingresos y cuánto dinero se puede ahorrar realmente. Por supuesto, la Regla del 50-30-20 no es una fórmula mágica que funcionará para todos. La proporción puede cambiar según las circunstancias individuales, y dado que estamos experimentando un periodo de aumento importante del costo de la vida —parte importante de nuestros ingresos se va a los gastos de arriendo y mantención de la vivienda— es posible que sea necesario hacer algunas modificaciones a este ejercicio.
“Quizás con tu sueldo actual y una reducción de gastos no llegues a eso inicialmente (lograr la regla del 50-30-20), pero si lo tienes enmarcado dentro de tus objetivos y en medida que tu renta vaya creciendo vas logrando esta ecuación que después te puede ayudar mucho”, recomienda Ackermann.
Lo importante es que este método brinda una base desde la cual podemos empezar a manejar nuestras finanzas de manera más efectiva. Con constancia y responsabilidad, la Regla del 50-30-20 puede convertirse en un valioso aliado para mejorar nuestra salud financiera.