La importancia de la aislación térmica en tu hogar
La aislación térmica es el abrigo de las casas. Al igual que las personas, las viviendas necesitan tener una protección contra el clima. Aunque las casas no se pueden cubrir con la misma facilidad que nos ponemos una parka en invierno, la aislación térmica sí se puede resolver. Sobre todo cuando hay problemas: una señal inequívoca de que el lugar que habitamos no tiene el desempeño adecuado en este aspecto es la humedad, además de la condensación extrema en las ventanas, la aparición de hongos en techos y paredes o incluso la humedad en los muros son una señal de alerta.
“Cuando la casa no tiene una aislación adecuada, puedes encender una estufa en su interior y todo ese calor que se genera se desperdicia. La aislación es importante por varias razones: primero, por confort, para que las personas puedan estar cómodas; por salud, para que la temperatura sea más estable y se eviten enfermedades asociadas; y por eficiencia energética y sustentabilidad, más aún en el actual contexto climático”, indicó, Paula Araneda, jefa de la División de Tecnología de la Construcción de IDIEM.
Humedad, hongos y enfermedades
Pese a las normativas de construcción, existen edificios donde la aislación es insuficiente. Esto deriva en problemas de condensación que son los responsables de la aparición de hongos, además de la pérdida de energía (ocasionando un mayor gasto de recursos en este aspecto) y una temperatura que hace menos habitable la vivienda.
“En términos técnicos, la aislación se mide bajo un parámetro de resistencia térmica de los muros o en su inverso matemático: la transmitancia térmica de los muros. Una baja aislación térmica, que derive en una vivienda con bajas temperaturas, humedad y hongos, puede influir de manera negativa en la salud de sus ocupantes, en particular aquellos más vulnerables como adultos mayores o niños”, precisó Araneda.
Soluciones para mejorar la aislación térmica
Las brechas son reversibles, agregó la especialista del IDIEM, quien destacó que hay un amplio espectro de soluciones constructivas para “poner abrigo” a las casas. Entre las soluciones más usadas está el sistema EIFS (Sistema de aislación térmica exterior, en español), un producto que se utiliza mucho hoy en día para aislar térmicamente las viviendas nuevas. En tanto, para viviendas existentes es posible aislar por el interior, utilizando soluciones que se componen de poliestireno expandido y placas de yeso cartón.
Por último, existen otras soluciones innovadoras en base a materiales de origen natural, como la celulosa proyectada, fibras animales e incluso textiles reciclados, que pueden ser usados al interior de muros del tipo panel. En términos muy generales, una vivienda con una aislación térmica reforzada puede llegar a ahorrar hasta un 20% de energía, e incluso más, si se combina con un sistema de calefacción eficiente.
Recomendaciones básicas para mejorar el confort térmico
A la espera de resolver de forma estructural las brechas en el confort térmico de la vivienda, algunas de las recomendaciones básicas son realizar una buena ventilación, evitar secar ropa al interior y prescindir de calefactores que generen agua por combustión.